sábado, enero 24, 2015
El poso de la educación y un amanecer en el puerto


sábado, mayo 05, 2012
A la vera del Jueves un jueves cualquiera


sábado, diciembre 13, 2008
Memorias de la Pila del Pato
El surtidor, ladeado por los aires de la Alameda, mira de reojo desde la espalda, donde su expectante creador, Rafael Marinelli, entrega su protagonismo a los dedos volátiles de Enrique de Melchor acompañado por todo el grupo, elevando hasta el encantamiento el embrujo de esta pieza.

Con el tiempo, la estampa de dos jóvenes enamorados; él, rodilla en tierra, calada por los chapoteos del pato, en pose becqueriana, galantea sus amores a la chavea, “…del pájaro quiero sus alas, del campo deseo la flor…”, al fondo el sinfonismo flamenco hechizando las palabras, viajando en un bucle espacio-temporal hasta el inicio de la banda sonora de sus esponsales.
Y el pato de la pila, embelesado, seguirá bailando su chorro a los sones por bulerías que, desde Casa Manuel, se escapan clandestinos.


sábado, octubre 11, 2008
CALLE ARRIBA, nuevo trabajo de ALAMEDA

Un buen disco que nos deja reminiscencia de los primeros Alameda, con un Pepe Roca en lucimiento vocal en casi todos los temas y una guitarra que se hace notar y ¡cómo!, unos teclados majestuosos de Rafael Marinelli y su aportación compositora en ese instrumental tantas veces deseado, la eléctrica de Álvaro Girón en un trabajo de altura y presencia aportando calidad y un exotismo meditado con el laúd, especialmente sorprendido, por notable, con el bajo de Manolo Nieto su mejor versión con el grupo, en cuanto a Antonio Coronel me gustaría verlo interpretar más registros, aún así un buen trabajo en la batería y percusiones, continuando con los coros y voces de Antonia García que sigue contrapunteando a Pepe Roca con sutileza femenina. Exceso de percusiones latinas para mi gusto en el disco aunque de buena ejecución por parte de Miguel A. Torres, pinceladas armoniosas de los vientos de Ignacio Gil, sobre todo sutil con el saxo, las palmas en su justa medida y a tiempo, Diego Carrasco en “Calle Feria” y Jesús Bola en “Lisanga”, coros de jarchiana presencia por parte de Maribel Martín y un violonchelo excelso para el cierre por parte de José Carlos Roca.
En resumen, un disco que no es uno más, ha dado un paso más allá dando un paso menos, calle arriba, para disfrute de los amantes de los nuevos sonidos del grupo pero también de los nostálgicos. Reflexión, inflexión y continuidad.


domingo, septiembre 21, 2008
Paramnesia del Rock Andaluz
Los que asistimos, entre expectantes y fascinados, a la llamada de la Bienal, percibimos en nuestras mentes una deliciosa paramnesia (algunos, en anacrónico afrancesamiento decimonónico, lo denominan “déjà vu”). Digo deliciosa, porque lo que allí ocurrió, nos dejó el regusto de la música con mayúsculas, de un sonido que quisieron enterrar pero solo estaba aletargado, ahí está poderoso, como Lole, esa voz plena de musicalidad y potencia, que inunda por sí sola (¡Ay, Manuel!) un escenario; como Pata Negra, en una actuación sin par, solo Rafaelillo queda (que bien que te recuperamos), pero sólo se basta; como Cai, en segunda juventud (¿visitaría Ponce de León la Bahía antes de partir a las Indias?) con Alegrías de ensueño; como Guadalquivir y su jazz por bulerías de origen védico y una flamenca mohiniattam de danza hipnótica; como Alameda y su apuesta por sonidos primigenios caminando calle arriba, apuntando alto, y aquí Eduardo, de frialdades nada, álgido el momento y el ambiente cálido, ¿no queríamos emociones?, pues de golpe todas; como Tabletom o el arte de la música del gruñido, no te quites con el trabajo que nos está costando; como Imán pincelando bulerías que no por mucho escucharlas sabremos como suenan, siempre algo mágico, siempre algo nuevo; como Smash de guitarras límpidas en su progresividad gualbertiana avanzando hasta el encuentro (¡Ahora sí, Manuel!) con el flamenco rancio, de cuerdas y quejíos.
Pero en todos, un denominador común, las ausencias, esas que demuestran que un viaje al pasado no es posible, a las Paradojas del Abuelo, los Gemelos o la de Hawking, habría que añadir la del Rock Andaluz. La noche era de nostalgia y como tal la disfrutamos retorciéndose la memoria en tortuosos mensajes ya vividos de juventud y la conciencia frenando la euforia de la posibilidad de un pasado presente.
No era ni el lugar ni el momento para quien buscase innovaciones y desafíos arriesgados, para eso ahí está el futuro, enfrente, algunos apuntan a la diana de un mañana luminoso, otros se empeñarán en continuar paramnésicos y serán engullidos por las nuevas formaciones. No hubiera estado de más otro concierto de las apuestas de futuro, las de estos mismos y las de los que vienen empujando, algunos fuerte, muy fuerte, una especie de combate entre “La Leyenda del Tiempo” y “La Leyenda del Espacio”, con un observador común a los dos, el Flamenco, que elabore una nueva teoría donde el pasado y el futuro se den la mano y que yo la denominaría “La Relatividad de la Paramnesia del Rock Andaluz”.

