Cada uno tenemos nuestro lugar
fetiche donde al entrar a través de su umbral atravesamos una suerte de puerta
tridimensional, un viaje a mundos diferentes con la distancia de tan solo unos
metros. El mío es la calle Siete Revueltas, entrar desde la oscuridad cuasi
umbría de Alonso el Sabio y, tras sortear sus siete recovecos (siempre he
contado ocho, las cosas del nomenclator), desembocar en la luminosidad de la
plaza del Pan y esa primera visión del cobalto y oro de los azulejos del Bar
Europa, me cambia el ánimo en un instante y a la vez.
Es la misma sensación que me deja
este disco que tengo entre mano y oído. La portada ya es una declaración de intenciones,
Jesús de la Rosa y Dave Brubeck, Rock Sinfónico Andaluz y
Jazz, separados por un umbral blanco que sirve de tamiz, un viaje sonoro a
mundos diferentes que te cambia el ánimo en un instante y a la vez. Una miscelánea
sincrética de swing y sinfonía que huele a sentimiento y pasión con lo andaluz
de acento invitado, osadía y respeto con la calidad de recompensa. Las
revueltas no sé si fueron siete u ocho, pero mereció la pena... y mucho.
La propuesta viene desde Granada, de la mano de TrianaJazz, otra
declaración de intenciones sin tapujos, que en un principio puede crujir en tu cerebro, pero
que desde que empiezas a escuchar las primeras notas de este Sé de un Lugar Ep entiendes el por qué
y el posible chirrío mental se transforma en delicia musical. Los culpables
genios hacedores son Carmen García
con su embriagante voz, Virveh Keyman
responsable del swing en el teclado con su mano derecha y de la línea
bajo/contrabajo con el Hammond tocado por su izquierda, imprescindible y, a mi
entender, responsable esa mano izquierda de que el ensamble se sostenga y Juanmi Urquiza enfatizando con su
batería, justa, precisa, el ritmo durante toda la grabación.
El bonito digipack que nos
presentan lo componen cuatro temas de cinco composiciones de Jesús, en uno se
juntan dos, tocados en clave de Jazz, armonía, melodías y ritmo, logrando la
metamorfosis evocar y palpar Triana. Abre Sé
de un Lugar con la voz de Carmen bajo teclado y campanillas enseñándonos el
camino por el que transitará, con lejano eco "flamenco", para dar paso al Hammond contrabajeando sobre bombos
y platillos, el jazz empieza a aparecer y la voz por senderos trianeros, swing
de teclados se incorporan y el tema va subiendo por derroteros jazzísticos y la
amalgama lo eleva hasta el final. El siguiente tema es Recuerdos de una Noche dónde ante mi sorpresa, agradable, incorporan
flauta de principio a fin, a cargo de Juan
Carlos Aracil, para mí el tema con sabor más trianero de este trabajo,
culpable los ritmo de batería y, nuevamente, el Hammond, así como la voz, la
flauta le da ese toque junto con el teclado de sabor a Jazz, el solo de teclado
acompañado de batería y la entrada de la flauta consigue llevar la parte
sinfónica de Triana a terrenos que no había escuchado nunca, simplemente fascinante.
Luminosa Mañana se une con Todo es de Color en el siguiente, corte
jazz trianero para dejarte llevar, teclados luminosos y envolventes para que
luzca la voz y la sutileza de la batería con precisos toques y un final de
enérgica suavidad para que resplandezca Triana. Cierra Hasta Volver donde se acentúan los ritmos y armonías de Jazz para
invitar a la voz melódica de Carmen a contrapuntear, trianeando, y lograr en la parte más oscura del tema un regocijo sonoro
incorporando muy acertadamente palmas, a cargo de Ana Sola, sobre efectos de palillera haciendo que la intensidad
vaya elevando el tema, cautivándote en su enredo, genial cierre.
Conseguir de esos temas algo
diferente y que a la vez recordase a Triana y sonase a Jazz no era fácil, llevar a
Triana a tu terreno sin moverte del terreno de Triana, antes de escucharlo
hubiera dicho que imposible, pero está visto que la genialidad, el respeto y la
música te lleva por senderos de nuevos paisajes para deleitar los sentidos.
Si a una música que llevas
escuchando décadas alguien le da una vuelta de tuerca y consigue erizarte el
vello, es el alma que suena a música.