jueves, enero 08, 2009

Arábiga, rock andaluz de altura


La espera se hizo intensa, pero ya tenemos este C.D., primogénito del grupo lucentino, grabado en nuestros oídos y el que no lo tenga que se apresure a poseerlo, mañana se arrepentirá de no haberlo tenido ayer.

Lo primero que llama la atención es la cuidada presentación de su libreto interior, toda una obra de arte y más si tenemos en cuenta que es un trabajo autoproducido, todo un aliciente para adquirir el original y olvidarse de pirateo mezquino, el arte hay que adquirirlo para admirarlo, pero si además te lo “regalan”, su valor es incalculable.

Lo segundo, la calidad de sonido de todo el disco, muchas multinacionales de la industria musical deberían tomar nota, todo esto a pesar de los sonidos programados, de los que ya hablaremos más adelante, cualquier detalle de cualquier canción está ahí, esperando a ser matizado, cada instrumento, voz incluida, destaca por sí mismo.

Ante esto, que ya es mucho, tenemos que hablar de su apuesta musical y aquí es inevitable una comparación con Medina Azahara, ésta será la crítica general más exacerbada que tendrán, algo que no ocultan, es más, se han definido admiradores de ellos y, sobre todo, es su elección. Si bien esto es cierto (con matices) en algunos de los temas, se estaría cometiendo una injusticia con este grupo, ya que van mucho más allá que los veteranos, es más, sería injusto para los actuales Medina que en el cotejo se ven superados en creatividad, actualidad de los arreglos y frescura de las composiciones, impresiona la calidad de Arábiga y hasta donde pueden llegar en el futuro ya presente, algunos tendrán que ponerse las pilas, aquí hay clase y pedigrí.

Tema por tema, el disco es un compendio de la sapiencia instrumental de cada uno de los músicos y del vocalista, todos sumergidos en giros camaleónicos (así me los definió en su primera escucha mi cuñado, Fermín Vaquero), desde el rock más potente a un flamenco (las colaboraciones van por este palo) que brota sin timidez, de vez en cuando algún apunte sinfónico. Comienza con “Reino de Taifas”, un tema de los intensos, de arabescas melodías de los teclados sobre sonidos enérgicos del bajo y la guitarra, la voz insinuándose desde el rock al flamenco; los ritmos duros marcan “Dueña de mí” un tema rockero, con un pomposo punteo de guitarra; la primera sorpresa del disco la encontramos con “A mi Andalucía” un giro al flamenco, sobre todo en la voz, mostrándonos un camino diferente, adornándose los teclados y, como colofón, una guitarra flamenca y quejíos andalusíes; más pausada es “Dondequiera que estés”, balada enérgica por el ritmo del bajo, acolchado por los teclados y acunado por una ampulosa guitarra; más ligera y fácil en la escucha, acentuada en los coros, es “Lo mejor para ti”; a partir de aquí el disco comienza a subir en intensidad, con “Un día no es día sin ti” la voz despliega todo su potencial para el rock andaluz, ante el resto de músicos creciendo en la interpretación, soberbia la mezcla conjugada de teclados y guitarra, el bajo haciéndose notar en el ritmo, buen tema escogido como presentación; con el ánimo aún alborotado, vuelven los sonidos más aflamencados con “Vete”, que no nos deja reponernos del vendaval anterior, la voz no se acompleja ante los teclados que quieren elevarse y a la guitarra que se muestra celosa; en este in crescendo musical, nos amansamos con “Fuego Prohibido”, suave, meloso, con una enorme guitarra de sones sinfónicos engrandecida ante el acompañamiento magistral del bajo y la espléndida respuesta de los teclados, la voz haciendo grande el conjunto, para mí este tema es de grupo importante; con “Felicidad” el grupo vuelve a aligerar los ritmos, más movidos, más rocosos; de nuevo el flamenco se manifiesta en “Gitana de ojos negros”, a los primeros sones geniales de los teclados, recuerdos callejeros, les contesta la guitarra flamenca en quite armónico para que resplandezca la voz, dando paso a toda la electricidad abrazando el canto; si hay en el disco un tema que englobe todo de lo que es capaz el grupo de aportar al mundo artístico, ese es sin duda “En la oscuridad”, el flamenco invade el comienzo del tema, dando paso a un canto ante la guitarra, de lo mejor escuchado en mucho tiempo, subiendo en éxtasis progresivo ante la invitación de la eléctrica, el bajo y los teclados (exultantes en toda la canción), sublime interpretación vocal, pero, por si fuera poco, ante el silencio se eleva majestuoso el sólo de la guitarra, inmenso, todo el conglomerado en la cúspide del Rock Andaluz; como bonus, aún con la sensación de rabia por haberse acabado el anterior track, nos regalan una preciosa versión acelerada y muy andaluza de “Qué cara más bonita” de Bordón-4 y el villancico “Su carita divina” en clave de rock que les sirvió como presentación, hace ahora un año.

Qué decir individualmente de estos artistas, el guitarrista, Mario Alcántara, es de los notables, extraordinarios solos a lo largo de todo el disco, con la misma virtuosidad en los distintos estilos; la voz, Juan José Benítez, un gozoso descubrimiento de dejes aflamencados y a la vez potentes, aunque me gusta más su aire andaluz; José Pino a los teclados, envuelve, se insinúa y sobresale, pero además, es capaz de hacer todo eso a la vez en el mismo tema, un prodigio, el principal compositor junto a Mario; los ritmos son terrenos de Raúl Torrico, un bajista potente, que no sólo acompaña, sino que se muestra exultante. Muy acertadas las colaboraciones de Román Carmona con la guitarra flamenca y Antonio Nieto con el cante flamenco.

Pero no todo es perfecto en este disco, nótese que en ningún momento hablo de la batería y es simplemente porque no existe como tal, sino que suena en sonidos programados (obra de Mario Alcántara y Pepe Pino) así como las percusiones y esto se hace notar. Si bien el ritmo está altamente logrado, falta ese punto de personalidad que le da un baterista que aporte ideas a los temas, aunque la impersonalidad la suple soberbiamente Raúl con el bajo, sería recomendable que encontraran uno más pronto que tarde, pero siempre para sumar inventiva, si es sólo para acompañar los temas, se bastan y se sobran con la programación.

También sería deseable que incorporaran más guitarra flamenca en sus temas, soy consciente de la dificultad que entraña acoplarla a su envite rockero, y más aún en directo, pero en este disco han demostrado que son capaces de conseguir la amalgama sin esguince sonoro, otra cosa es que quieran, es más, los temas con más enjundia son los que la ensambla.

Recopilando, muy buen disco, en presentación, sonido y ejecución, una apuesta musical arriesgada pero de una calidad excelsa, gracias a los músicos que componen la banda. Estos Arábiga darán que hablar, preferiblemente acompañados de guitarra flamenca, si no citaremos al tiempo.