lunes, junio 22, 2009

Origen y Leyenda de Medina Azahara


Esperaba con incertidumbre cuál sería la apuesta de Medina Azahara para celebrar su 30 Aniversario en la escena musical y mucho más desde que supe el nombre con el que lo iban a festejar, “Origen y Leyenda”, sugerente e ilusionante. Todo se desvaneció cuando vi el tema y vídeo de su presentación, una versión de las Grecas, “Te Estoy Amando Locamente”, lo primero que pensé es que habían perdido el norte y después de la escucha completa del disco, es lo que sigo pensando, o más bien, que su norte se aleja definitivamente del mío. Es su apuesta por la continuidad, más de lo mismo, así quieren sonar y hay que respetarlo, a unos le gustará más y a otros nos gustará menos. Yo ya no espero más allá de ellos, estos son los Medina que tenemos para bien y para mal. Del libreto sólo decir que la edición está muy cuidada en cuanto a imágenes, naves espaciales aparte, aunque es tremendamente complicado de leer por el tamaño, diseño y color de las letras, o que la presbicia está haciendo su aparición de manera acelerada en mis ojos.

A pesar de todo lo dicho, voy a hacer una crítica de sus temas intentando enjuiciarlos desnudo de la impresión final de este trabajo, sólo lo que aportan por sí mismo y a ello voy.

El disco comienza con una Intro titulada “Aya, Recuerdos a Flamenco” y una esperanza brota de golpe, ¿en verdad Medina vuelve a sus orígenes?, la guitarra, eléctrica naturalmente, y el bajo se anuncian por senderos del anhelado Rock Andaluz, así como los teclados de Ibáñez, que recorren aromas califales; espejismo voluptuoso, el tema versiona, eso sí con el inconfundible estilo Medina, el Ara Buza de Mezquita, por cierto único tema no firmado del disco, ni tampoco una referencia a sus autores. En el tema que da título al C.D. “Origen y Leyenda” se incluye un sabínico subtítulo de “10.950 días y 3.000 noches” tema de nostalgia enérgica para la historia del grupo, personalizado en la voz y recuerdos de Manuel, nada nuevo musicalmente, sólo la introducción de los apuntes a cinco temas del grupo “Paseando por la Mezquita”, “Palabras de Libertad”, “A Toda esa Gente”, “Córdoba” y “Necesito Respirar”, esperaba mucho más riesgo en el tema que debería ser el emblema de la celebración de sus 30 años. “Aquí me Tienes Hoy” empieza con unos rumberos teclados y un magnífico trabajo de ritmo en el bajo que se mantiene durante todo el tema, buenos y oportunos los coros y soberbios los solos de la guitarra, tema muy de los últimos Medina, nada nuevo en el horizonte. Vuelve el disco por los derroteros de las versiones, en este caso de un éxito veraniego de las Grecas, “Te Estoy Amando Locamente”, ¿por qué no lo dejarían estar?, además es el single promocional de este trabajo, con un vídeo que no hay por donde cogerlo, incongruencia celebrando un aniversario con una versión, nunca deberían de haberlo incluido, a pesar que siempre es bueno recordar la voz de Carmela, que colabora en el tema. Vuelve la rutina anodina del sonido Medina desde “Árabe” en “A la Deriva”, donde sólo la guitarra de Ventura adopta algunos toques de nueva raíz. “Humo y Papel”, evoca los giros arabescos que hace tiempo que no se escuchaban en un disco del grupo, muy buenos desarrollos de los teclados, una lástima que el tema se quede en eso y no profundice en un desarrollo más intenso en la guitarra y los ritmos. Una genial guitarra da comienzo a “En mi Jardín” luciéndose durante todo el tema junto al bajo, qué manera de trabajar los ritmos de esta balada, muy cuidados los dejes de Manuel en la voz, una de las mejores canciones del disco. Continúa con “Sólo con tu Dios”, tema de reivindicación sobre los malos tratos y vuelta a un grupo que no aporta novedades sonoras, nada destacable, sólo la letra. Más de lo mismo en “Me culpas de Todo”, aunque ritmos algo más flamenquitos y algún sólo de guitarra que se salva. Efluvios para autos de choques en “Lo que me estoy Perdiendo”, estribillo pegadizo y teclados terminando la letra, algo quedó de aquel tributo a los Chichos. Mal conato de volver a los primeros Medina es “Amor”, murió en el intento, de lo más flojo del disco, sin identidad. Aquí, en “Río por no llorar” sí se esmeran en volver a los trabajos en Caravana Española, buena introducción de los teclados, buen apoyo del bajo y siguen los teclados creando atmósfera para una voz que quiere volver, buenos giros en la guitarra. Vuelven a las versiones y por enésima vez “El Padre Santo de Roma”, tributo a la producción de José Luis Garrido y su “Flamenco”, repetitiva, mejorable, prescindible… La guitarra brilla en “Quién a Hierro Mata” en un tema muy rockero y una rapidísima batería. Cierra el trabajo la última versión “Que je t’aime”, “Que te quiero” en español, unos teclados intimistas, la guitarra en punteos de maestro y la voz de Manuel que sale a relucir con todo su potencial, buena versión y esa es la lástima.


El C.D. se acompaña con un D.V.D. de unos infumables 10 minutos de Making Off.

En definitiva, un disco que musicalmente no aporta nada nuevo en Medina Azahara y mucho menos aceptable para celebrar el 30 Aniversario de la banda, quedándose los intentos de resucitar sus sonidos primigenios en aromas a “caño roto” que hacen palidecer a los más carrozas, aunque los incondicionales actuales de la banda seguirán alentando sus reiterativos vahos más recientes; eso sí, no pongo ninguna pega a la ejecución, magnífica por toda la banda, Manuel Martínez, parece haber reorganizado sus ideas y ejecuta, por fin desde hace tiempo, una voz que por momentos recuerda a sus inicios, la guitarra de Paco Ventura, posee en este trabajo más desarrollo que en anteriores aunque sigo diciendo que su potencial está por muy por encima de lo mostrado hasta ahora, algo que también le ocurre a la batería de Manuel Reyes que por momentos parce que va a estallar, pero se queda en el intento, muy agradable, por el contrario, es el descubrimiento en Medina de Charly Rivera, un trabajo en el bajo que destaca por méritos propios y altibajos en los teclados de Manuel Ibáñez, con atmósferas increíbles en algunos temas y modulaciones planas en otros.

Me quedo con la duda de cómo habría resultado el disco con más ingenio y riesgo, desmembrado de versiones y una nueva apuesta de futuro desde el, ya sí, pasado ausente.