lunes, octubre 24, 2011

Vodevil Vargas o la literatura musical

Vacía tu mente. Poco a poco ocúpala con una imaginaria novela de personajes irreales, el regente traficante de un antro que jamás existió, el bailaor toxicómano, un paseo por la Sevilla de los setenta desde la calle Betis, en Triana, al barrio de Santa Cruz en un enganche de heroína, rock del bueno, música electrónica y pinceladas de flamenco.


La situación te va absorbiendo, de momento es solamente imaginación, agita los ingredientes como en una coctelera espiritual y déjate llevar por la música, tus sentidos se han fundido en uno, todo tú es puro oído, estás embaucado y no quieres despertar. Ya ha nacido en ti "Vodevil Vargas", la obra, el grupo, síguelo y te irá mostrando poco a poco el germen de una obra, la trastienda en lenta cocción.

Así nos engatusa el guitarrista Ricardo Moreno en su obra conceptual, hasta caer en la adicción, presentándonos a cuenta gotas los diecisiete temas que compondrán este Digibook, tres instrumentales y el resto cantados y narrados, con un sonido que hacía mucho tiempo que no escuchaba con tanta originalidad, al menos lo que hasta ahora nos ha ido enseñando, que no es mucho; con la obra musical se acompañará un libreto con textos e imágenes que harán comprensible la unidad de la obra.

A través de su página, www.vodevilvargas.com, podemos escuchar actualmente un tema completo "Llantos del Altozano" y el segundo movimiento "Duermevela en San Telmo", de los cinco en que se divide el tema más extenso de la obra, el instrumental "Santa Cruz", ambos en versión demo. Igualmente se acompañan varias entradas con vídeos ilustrativos del proceso de grabación de los distintos instrumentos, de las colaboraciones, de entrevistas, así como explicaciones del por qué y cómo.


El antagonismo de ambos temas nos muestra la intencionalidad de una obra de contrastes, sosiego y excitación, esperanza y desencanto, lucidez y locura, la vida misma a través de la música, en sólo dos muestras que reflejan la profundidad y lo enredado de la composición para que cada uno de los instrumentos te fotografíen el espacio, el tiempo y el sentir ajeno emulsionados en negativo del tuyo propio.


Una obra tocada por el ingenio y nacida para esquivar las tretas de la indiferencia. Su adolescencia y madurez nos demostrarán hasta donde alcanza su cruzada.


P.D.: Artículo publicado en la revista Calle Ficción

viernes, octubre 14, 2011

De óbito y nacimiento, de Jesús a Nervión

Recuerdos de medias blancas y vueltas rojas, recuerdos de una noche, de sentimientos y euforia desmedida, de sentimientos de amor, algún mal sueño vivido y una vida que se fue, llegó el día.



De Triana vino un escudo suizo de paz y sangre a bordarse en mis entrañas, de la calle Feria un sonido trianero a incrustarse entre la sombra y la luz, las mismas que un día como hoy sortean mi mirada, la luz de 106 años de historia presente, la sombra de una presencia, 28 años ausente.

Hoy entono un himno por el nacimiento de una ilusión, por la casta blanca y el coraje rojo, toco unas palmas al son de la filigrana y el arte de la escuela sevillana, gritando Sevilla hasta la muerte, esa que un día nos ha de llegar.

Hoy entono un réquiem por una muerte que apareció, temprana y traicionera, en una esquina cualquiera, dejando su frialdad reflejada en la desnuda mañana de un futuro perdido en el limbo musical, un día que no hubo de llegar.

Hoy es catorce de octubre, de óbito y nacimiento.

martes, octubre 04, 2011

Y Silvio encontró a Perea

Delantero de cuarzo en aquella delantera de cristal sevillista, polvorilla que juraba en arameo ante cualquier jugada fallida y que se resignó ante la manipulación de aquel NO-DO franquista que no reconoció su aportación decisiva en la Copa de Europa que la selección española consiguió en 1.964, año en el que nací yo.



Dos años estuvo con el escudo sevillista, de 1.959 a 1.961, pero fueron suficientes para que el sevillismo calara hondo en él, en una entrevista, ya como entrenador, comentó que no le gustaría dejar el fútbol sin entrenar a nuestro equipo y que era lo único que le faltaba por hacer en esto del balompié, desgraciadamente las circunstancias se lo impidieron. Un grande sin duda de nuestra historia.

Ya no podrá ser, pero seguro que en el tercer anillo encontrará un buen puñado de futbolistas nervionenses para confeccionar una plantilla de lujo y aficionados dispuestos a deleitarse con ellos.

Uno de ellos, D. Silvio Fernández Melgarejo (cuantos mensajes ocultos en sus canciones), dejará ya de entonar aquello de “...vengo buscando a perea...”, ya lo encontraste Silvio, Perea, el gran Pereda, ya está contigo. Cuanto arte junto.