domingo, agosto 22, 2010

La vergüenza perdida del Sevilla F.C.

Con motivo de la final de la Copa del Rey pasada, escribí sobre la falta de respeto de los medios de comunicación hacia el Sevilla F.C., incluso se colocaron cartulinas para reproducir en el mosaico previo al partido la palabra “RESPETO”, en alusión a lo desproporcionado y sesgado de las informaciones.



Desde aquí, no tengo más que reiterarme en pedir a los propios lo que les exigí a los ajenos, porque desde todos los estamentos de este Club de Fútbol, se ha perdido la vergüenza y se le ha faltado el “RESPETO” a lo único que, el bocazas Presidente “dixit”, es imprescindible, el Escudo y la Afición.

Al Camp Nou saltaron mercenarios sin hambre de gloria, futbolistas sin vergüenza, jaleados desde el banquillo y desde la directiva, uno con el mensaje subliminar de la alineación y la convocatoria ejecutada y la otra con la obsesión desmedida de incrementar los fondos propios priorizando el aspecto económico sobre el deportivo, futbolistas digo, impulsados a interpretar la pantomima de un partido de fútbol que no era más (ni menos) que la lucha final por otro título oficial, pero parece ser que sólo a los ojos de la afición, la gran perjudicada, recorrieron kilómetros, gastaron su dinero, echaron vergüenza (estos sí) y como premio recibieron la charlotada de los que deshonraron el escudo, muchos de los cuales demostraron que esa camiseta les queda grande y por ética y estética no se la pueden enfundar otra vez, Konko perdido en el limbo de la desubicación, Fernando Navarro en una cuesta abajo que parece que terminará en barranco, Romaric deambulando su trote orondo espero que por última vez en su vida con nuestra camiseta, Alfaro que tenía que comerse el mundo en esta oportunidad devorando las últimas esperanzas de ser futbolista del primer equipo y Negredo escondiendo ansias y calidad para una mejor ocasión que nunca llega, los demás algunas ganas arrancadas con el devenir del partido.

En el banquillo un complaciente cuerpo técnico al que es temprano para demonizar su aptitud, pero al que hay que exigirle desde ya una actitud que ayer le fue infiel; dos lecturas me revuelan de su planteamiento ayer, a cual más negativa, la primera interpretación sería loable si fuera cierta y en otro momento, demostrar a la Directiva que el fondo de armario del Sevilla F.C. está pasado de moda, no despunta, quizás como bata de andar por casa, de mercadillo y rebajas, que al primer lavado se aja, un mensaje de necesito aquí y allí, pero ayer no era el día, ayer nos jugábamos un título y había que sacar el mejor vestido de diseño que tuviéramos, que podíamos perder, pues claro, pero luchando y no salir entregando la Supercopa de España al F.C. Barcelona, engañando a todo el que vio el partido y, sobre todo, a una afición que no se merece este desprecio; la otra, por la que me inclino y, por tanto, más me preocupa, es la de complacer a la Directiva con un guiño a que lo importante son los euros, reservando futbolistas para el partido de vuelta de la Previa de Champions, doble error, por un lado doblegarse a los intereses económicos por encima de los deportivos, y por otro, equivocarse en la alineación de los teóricos suplentes, ya que seguro que Luna, Cala y Rodri, hubieran defendido con más dignidad la camiseta sevillista que los Konko, Navarro, Negredo o Alfaro de turno, de Romaric ni me pronuncio, cualquiera incluso Varas, seguramente se hubiera perdido igual, pero la imagen de pasotismo no se hubiera producido. Por ahí no Antonio, el sendero es otro y tú lo sabes.

Y la Directiva, desde el Presidente hasta el último vocal del Consejo, dónde ha dejado la dignidad y la vergüenza, la social nunca la tuvieron, la deportiva hace tiempo que deambula por el baúl de los recuerdos. Ya lo he dicho varias veces, ¿para qué queremos el dinero de la Champion, para competir con una meta de Cuartos como objetivo?, el equipo cada vez es más mediocre, vulgar y, en ocasiones, zafio de ver, se vende, se ingresa y se evapora el rédito, en fichajes deleznables y una sensación de que los Fondos Propios son cada vez más propios y cada vez menos sevillistas. Estar en Champion para mantenernos, ¿mantenernos dónde? La vulgaridad se ha instalado en una plantilla que vive del espejismo de lo que fue no hace mucho y cada vez quedan menos elementos brillantes, esos que al soniquete de una oferta, cada vez menos fuera de mercado, hacen que en los ojos del presidente (hasta el cargo se va depreciando, de mayúscula a minúscula) aparezcan los símbolos del capital, cual Tío Gilito, Scrooge contador de monedas, sangrador de una afición que exige, cada vez con un clamor más impaciente, inversiones que ilusionen y un juego acorde a lo que paga. La Liga no se puede pelear, la Copa no interesa, los títulos menores son vulgares y no se luchan, nos quedamos con alcanzar los Cuartos de Champion, para el año siguiente volver a intentar alcanzar los Cuartos de Champion, eso es lo que da dinero, para mantener las arcas y los roles del figureo directivo en una Sociedad Anónima Deportiva, cada vez más Anónima y menos Deportiva.

Y aquí un abonado y accionista de los de a pie que se tiene que callar, porque en esta entidad nunca es buen momento para protestar, porque estamos viviendo la mejor etapa del Sevilla F.C. en toda su historia y hay que disfrutarlo. Pues señores, ayer ni disfruté yo, ni creo que disfrutara ningún sevillista y si no disfrutamos ninguno ¿llegó el momento de protestar airadamente? El martes tenemos la ocasión, obviamente no al empezar el partido sino al terminar el mismo, sobre todo, y ojalá así sea, si se ha conseguido la clasificación ante el Sporting Clube de Braga, el momento de gritar un sonoro “Del Nido, Ratero ¿dónde está el dinero?”, que le haga ponerle los pelos de puntas, sobre todo los imaginarios, o que le haga sonrojarse por la vergüenza perdida del Sevilla F.C., buscándola tal vez debajo de su asiento.

Desgraciadamente no caerá la breva, despertaré de mi sueño para seguir viviendo la pesadilla, eso sí disfrutándola como el primero.