domingo, febrero 21, 2021

La ética de Eduardo y otros cuentos de la Justicia

 

Aún recuerdo la primera vez que tuve frente a frente a Eduardo Rodríguez Rodway, complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro y nada Quijote. Fue un 30 de mayo del año 2010, estaba almorzando con su familia y amablemente, con esa sonrisa para conmigo tan característica desde entonces, se levantó del ágape para saludarnos a los que habíamos osado alterar su espacio, la Asociación Cultural Hijos del Agobio en pleno y al frente yo como presidente con gran vergüenza por interrumpir su asueto; horas más tarde el Ayuntamiento de Sevilla le entregaba la Medalla de Oro de la Ciudad a su Grupo, a su querido y amado grupo de rock Triana, que desde la Asociación habíamos promovido su concesión.



Hacía muchos años que sabía de su cercanía a todo el que, en su retiro de los Caños de Meca, se le acercaba a intercambiar unas palabras o le pedía una firma de discos; siempre pensé en lo que ese hombre sentiría ante tanta persistencia de los numerosos fans que se acercaban por allí, hay quien, incluso, aporreando la puerta de su morada. Muchas veces, años y años, estuve en los Caños y jamás osé acercarme a irrumpir en su espacio ni a alterar su tiempo antes de ese 30 de mayo de hace ya diez años; desde entonces han sido varias las veces que he departido con él y puedo considerarme su amigo, honrado de serlo y siento que apreciado. 

Creo que es la primera vez que me postulo en público sobre el contencioso que mantiene contra ese otro grupo que tiene la osadía de llamarse sin ningún rubor externo, Triana. Y lo hago desde mi amistad con Eduardo, como no podía ser de otra forma, pero también desde una neutralidad posiblemente distorsionada por el prisma oblicuo de la subjetividad, como todas las neutralidades. 

No me cuesta ponerme en su piel cuando ve aquello que creó desde la nada siendo mercadeado en manos de usurpadores que toman como propio lo que es ajeno y que en algún momento lo he sentido en carnes propias; yo que no soy nadie y que escribo por el simple placer de escribir, que mi forma de escribir gustará a algunos, desagradará a otros y será ignorada por la inmensa mayoría, me enciendo cuando alguien se apropia de una frase o una entrada sin nombrar la autoría y la hace suya sin el menor pudor, entiendo perfectamente la indignación e impotencia que puede sentir Eduardo ante tamaña injusticia de ver su obra, junto a sus compañeros, la obra maestra del rock español, siendo arrastrada y vilipendiada por unos que dicen ser quienes no son, nada menos que Triana, la osadía con la mascarilla desgastada de la poca vergüenza expandiendo impune el virus de la apropiación injusta al amparo de la impunidad histórica.


Percibo su decepción ante los apoyos de palmadas en la espaldas de quiénes se dicen sus amigos y que se apuntan al reparto ante el público de conciertos, haciendo buena la sátira de Quevedo "que a las caras de un doblón hacen sus caras baratas; y, pues les hace bravatas desde una bolsa de cuero, poderoso caballero es don Dinero." y comprendo su lucha contra molinos de vientos, convertidos en gigantes combatientes de la ignominia, engrandecidos a la sombra de una traición disfrazada carnavalescamente de ley suprema, sin más armas que la lanza de su ética en astillero y el rocín flaco de la justicia, que llevará su camino de justicia sin ser justa y mucho menos ética, ciega seguramente a lo que es un clamor entre los que sentimos Triana, que estos Triana de quincalla llevan calzas de velludo para las fiestas como toda hacienda y que pretenden engrandecerla con la hacienda de otros; la ética amoral de la justicia de tener que demostrar que lo suyo es suyo mediante la Propiedad Intelectual y los Derechos de autor, ante profanos intelectuales y autores de no más que un plagio.

Unos que se llaman a sí mismo músicos siendo otros, cuando el ser de un músico es sentirse admirado por ajenos al llegar a sus sentidos a través de su sensibilidad, dejar un legado que sea apreciado y reconocido como propio; qué sentirán al mirarse al espejo y que éste le responda que eres el más feo del reino porque intentas, como una mala cirugía estética que te deja la cara de muñeca sexual de segunda mano, hacerte pasar por idéntico con un copyright de pacotilla. 

Suerte Eduardo y recuerda, se haga o no justicia, ya has ganado. Respeto y admiración es tu legado.


domingo, febrero 07, 2021

Bordalás, el carnicero del Coliseum

Quizás Josef Mengele, el carnicero de Auschwitz, no mató con sus propias manos a ningún gitano ni judío en el, desgraciadamente famoso, campo de concentración nazi, pero fue el responsable de los más abominables experimentos con humanos perpetrados por un médico y ordenante de la muerte de miles de personas. 

No sé cuantos jugadores han sido lesionados por orden de José Bordalás, el carnicero del Coliseum, en sus aberrantes experimentos como entrenador de un equipo de fútbol, pero seguramente nos sorprenderíamos de la cantidad. Personalmente soy un amante del fútbol fuerte, no confundir con el violento, de ser un incordio para el contrario por sentir siempre el aliento en la nuca, por sentirse rodeado de jugadores sin un atisbo de salida, para después de recuperar el balón, iniciar un juego preciosista de toque y acecho del hueco a la espalda en busca del gol a la portería contraria.

Y hablo de orden, porque eso es lo que Bordalás manda a sus jugadores en los vestuarios, la caza del mejor jugador contrario, sin haber entendido, es lo que pasa cuando las entendederas son las justas para chillar, la máxima de Luis Aragonés "por lo civil o por lo criminal", por mucho que quiera disfrazar la entrada de ayer como fortuita. La lesión de Ocampos por la entrada asesina de Djené tiene de todo menos fortuita, si vas con el pie en plancha con esa fuerza, aunque le des al balón, si impactas en el futbolista y lo coges con el pie apoyado lo rompes sí o sí.

¿Por qué digo que son órdenes? Porque durante el partido no fue ni la primera ni la última entrada de ese tipo; antes el mismo Djené en el gol anulado a Ocampos, cuando el balón ya se dirigía hacia adentro, hace la misma entrada con la suerte que no impacta con el jugador sevillista y a punto está de darse el mismo Djené con el palo, lo que hubiera supuesto su propia lesión. Y una vez ya retirado del campo Ocampos por lesión y el ejecutante de las órdenes del mediocre entrenador por expulsión, es Jordán, el otro jugador que estaba marcando las diferencias en el encuentro, quien está a punto de recibir la misma entrada, esta vez sobre el tendón de Aquiles por parte de otro jugador del Getafe, afortunadamente también se libró por poco de estar hablando de otra grave lesión.

Estas cosas no son fortuitas, se entrenan miserable Bordalás; un equipo lleva el sello de su entrenador y este Getafe lleva el sello de un mindundi preparador de abominables experimentos con humanos detrás de un balón, arriesgando la carrera de un profesional por el simple hecho de estar bailando tu sistema; el único recurso de un despreciable entrenador.

Hablas también, de haber sido maltratado por un colega de profesión, Lopetegui; es bien cierto que jamás debió insultarte de esa manera porque es la imagen de un club al que jamás aspirarás siquiera a limpiar las botas de sus futbolistas, pero dicho esto ni perdón te debe, me explico. En la expulsión de tu elegido verdugo, se iba camino de los vestuarios con media sonrisa, negando con la cabeza y siendo saludado por sus compinches como si fuera la víctima, recreándose en el paseíllo; ahí tú, ridícula caricatura de entrenador deberías de haber ido a por tu jugador y de un tirón meterlo para adentro en vez de aplaudirle la gracia, para, acto seguido, haber ido a interesarte por el contrario, no al revés en un acto de execrable conducta. Y en cuanto a los colegas o compañeros, creo que en esta profesión no te queda ni uno que quiera sentarse a tu lado ni para tomar un café.

Y tienes la desfachatez, caradura más bien, de decir que eres admirador del otro fútbol, el que representaba Johan Cruyff, ¡el otro fútbol dices!, no me queda más que esbozar una amplia sonrisa de desprecio hacia ti, penoso y acomplejado personaje.

El fútbol español, el mundial diría, no se merece un pseudo-entrenador como tú en ninguna de sus categorías, por el bien del balompié desaparece junto a tu Getafe y que nunca más se vuelva a saber de ti, carnicero del Coliseum.


martes, febrero 02, 2021

Storm Live, una tormenta en vivo

                     Fue en enero de 1.950 cuando Columbia Records lanzó al mercado el primer doble L.P. en vivo de la historia, de título The Famous 1938 Carnegie Hall Jazz Concert, un show del jazzista Benny Goodman grabado en 1.938. A partir de ahí el grabar un directo en la carrera de cualquier grupo o solista se convirtió en algo imprescindible, algunos memorables como Live at Leeds de The Who, Made in Japan de Deep Purple o, ya en España, Rock and Ríos de Miguel Ríos, solo como muestras que ya sabemos que el tema de gustos coge senderos muy particulares. 

Siempre se ha dicho que en la carrera de The Storm faltaba esa grabación de un directo; los que hemos tenido la suerte de verlos en algún concierto o muchos, depende la experiencia de cada uno, hemos disfrutado de algo imborrable y que para siempre se queda grabado en nuestra retina musical como mágico y único, por muchas funciones que presenciemos es así de forma invariable. Y por fin se ha plasmado en surcos de vinilo, como debe ser, Storm Live, para todos aquellos que no han tenido la oportunidad de verlos en acción, se hizo esperar cincuenta años, pero valió la pena. 



Ese trabajo había que tratarlo sin prisas, esperando el momento, con cariño, casi con arrumacos, y profesionalidad para que quedara plasmado tal como se ejecuta sin ningún tipo de Recording, sin perder un ápice del descaro y el desenfado que modelan en sus directos y además en un formato que engrandeciera aún más el contenido, como es el vinilo, yendo aún más allá, en un atractivo vinilo transparente (Splatter) en tonos púrpuras y sin que existan dos iguales, como sus conciertos, y en doble L.P. en carpeta abierta con material fotográfico. Lógicamente este trabajo solo podía hacerlo alguien que trata con mimo todo lo que toca en materia musical, como es Juan Antonio Vergara y su 5 Lunas Producciones.

El momento elegido fue el concierto de presentación de su último trabajo de estudio Cyber Dream, también editado por 5 Lunas Producciones, que tuvo lugar el tres de mayo de 2.019 en el Centro Cultural de la Villa de San José de la Rinconada, donde Manuel Muriel (Maese Muriel) a los teclados,  José Ramón Torres (JR) al bajo y voces, y los hermanos Diego Ruiz Geniz a la batería y voces y Ángel Ruiz Geniz a la guitarra y voz solista, vaciaron toda su energía en un memorable concierto, donde la tormenta Storm y el público se fusionaron en un huracán sonoro donde se dio cumplido repaso de los cuatro álbumes de su discografía, llevando lógicamente el peso el motivo del concierto. 

Ya hemos dicho que el L.P. es doble y los temas que lo componen son ...2069 + Cyber Dream + I Don't Know, Back to Road, Rebelión y Trilogía, como Cara A del Disco Uno; la Cara B la integran El Día de la Tormenta, Caja de Metal, Un Señor Llamado Fernández de Córdoba + Saeta Ensayo (1ª parte) y Far Away; la Cara C y primera del Disco Dos se ocupa con Swedish Woman, Woman Mine, Amigo Joe y It's all Right; la última, Cara D, del Disco Dos se empapa de Machine Rebellion (Crazy Machine Part II). Hacer una crítica pormenorizada de los temas en este tipo de grabaciones me parece prolijo y redundante, por cuanto son temas ya conocidos por todos, e incidir en la actuación de los cuatro componentes con sus distintos instrumento más allá de la magnificencia un atrevimiento por mi parte, así que me ceñiré a lo que me ha parecido más reseñable por su ejecución en directo, como la atmósfera creada en Cyber Dream por  los teclados de Maese Muriel, la base rítmica de Diego y José Ramón en la dinámica Back To Road, los solos de guitarra de Ángel en Rebelión junto a la segunda voz de José Ramón, sublime interpretación vocalista en Trilogía, el conjunto guitarra y teclados en el Día de la Tormenta, la armonía de conjunto en Caja de metal, hermosa, la sublime interpretación en los teclados de Maese Muriel junto a la guitarra de Ángel en un tema emblema como Un Señor Llamado Fernández de Córdoba ensamblado magistralmente con Saeta Ensayo (1ª parte) momento estelar de Rock Andaluz de quilates, la apaciguada cadencia de Far Away para la unión mística de ejecutantes y oyentes, el movimiento instintivo que provocan los ritmos de Swedish Woman, la hipnótica guitarra de Ángel en Woman Mine, sobresaliente nuevamente en Amigo Joe, la batería seductora de Diego en It's all Right, o esos 20 minutos sin descanso de Machine Rebellion (Crazy Machine Part II) donde estos cuatro músicos demuestran lo que son capaces de crear con sus instrumentos desde improvisaciones ensayadas, de dimes y diretes filarmónicos, mutuos y alternos, para éxtasis de los presentes con el aliento compungido de lo que la música en directo ejecutada de forma paradisíaca puede trasmitir.



"Swedish Woman (The Storm). Centro Cultural de la Villa de San José de la Rinconada. Tres de Mayo 2.019".

 Cincuenta años de Tormenta, de vendaval musical, de poner el alma en cada nota y encontrarte en el camino a quien lo sabe plasmar tal cual. Storm Live by 5 Lunas Producciones, lo bueno se hace esperar, lo excelso se disfruta, sin más.