domingo, noviembre 28, 2010

Ingenuo sentimentalismo por el Sevilla F.C.

Se pueden contar con los dedos de las manos y aún sobraría alguno, los partidos en Nervión del Sevilla F.C. a los que he faltado desde que soy abonado, ininterrumpidamente, desde 1.993, algunos más de forma intermitente desde que tengo uso de razón, incluso desde antes (aquello de socio pasó a la historia, ahora abonado y/o accionista), a saber, el nacimiento de mis dos hijas, los partidos de Agosto cuando la Liga empieza en el Pizjuán, tres por enfermedad hace justo dos años y ninguno más. Hablo de Liga, Copa, Liguillas y eliminatorias europeas, amistosos... Hasta esta semana, no fui al Trofeo que ¿homenajea? a Antonio Puerta y no fui al de ayer contra el Getafe.



No hay escusas, simplemente no fui porque no tenía ganas, desde hace un tiempo siento como una carga el tener que acudir a la Bombonera y quien bien me conoce sabe que esto es grave, muy grave, ese ritual y nerviosismo inquieto de bufandas, mochilas, carnet, cartera... ha dejado paso a "ufff... ahora pa'yá". Y quien me hable de "titulitis y novismo" que se lo mire que yo he tragado mucha mierda de futbolistas (Moacir, Pedro, Linde, Monchi...), mucha mierda de entrenadores (Pepe Ortega, Toni Oliveira, Camacho, Miera...), mucha mierda de Presidentes (Francisco Escobar, J.Mª. Glez. de Calda, Rafael Carrión...) y siempre, digo SIEMPRE, acudía con la ilusión intacta y ese brillo en los ojos que te da el ser feliz simplemente por ser parte ínfima de la grada, a lo más que llegábamos era a "...otro año igual..." y todos tan felices, alguna bronca de pañuelos y el orgullo impoluto.

He escuchado y leído mucho sobre el asco que a algunos les ha producido la afición sevillista por no acudir al Trofeo de Antonio Puerta, así literalmente asco, incluso en los medios oficiales, concretamente en la Radio que siente como yo, se han leído mensajes con insultos hacia la afición, sí, esa misma Radio que se jacta de cobrar mensajes que no leen porque insultan a tal o cual pelota rastrero o tal o cual dirigente nauseabundo, desgraciadamente parece que se contagian unos a otros la inmundicia. Y muy pocas las críticas destinadas a descubrir el por qué de esa falta de interés, el por qué una directiva, cada vez más de espaldas al aficionado de verdad, se sacude la carga de un Trofeo desprestigiando, ya no solamente el nombre de Antonio Puerta, sino la inteligencia colectiva de una afición que ya no se deja engañar con sensiblería barata, si no hay fechas se anula, si el rival no es de la categoría de la persona que da nombre al trofeo se anula, la clientela no entiende de sentimentalismo, porque el sentimentalismo poco o nada le da a la clientela. Ni los propios jugadores sintieron ese partido como un homenaje, ¿alguien se ha preguntado por qué?, si el primero de los sevillistas no muestra interés con sus hechos, ¿qué le va a pedir al último de ellos? yo, por ejemplo. No participé de la pantomima porque al final, el homenajeado no sería quien se lo merece, sino que sería otra medallita en el pecho de quien no le corresponde y ya no participo más en inmerecidas victorias personales.

Y ayer contra el Getafe, más de lo mismo, ya han conseguido lo que nadie quería y lo que todos veíamos, la dejadez de esa directiva, sus abusos y milongas, la vida con la realidad enjaulada, esto es lo que hay hasta final de Liga y no hace falta más, han alejado a la afición de su casa, lo desapacible del día no es escusa, tan solo para el que no quiera ver la realidad, en peores días las gradas han estado casi el doble de llenas en partidos con igual o menos trascendencia, el motivo es otro y las calvas y seborreas, porque lo saben, empiezan a sudar, esto no ha sido más que una advertencia y, por mucho que los lacayos limpiabotas intenten desviar hacia donde no corresponde, desde dentro saben cuál es la realidad.

¿Reaccionarán? Rotundamente no, sería reconocer que han cometido errores y sus vanidades de bajeza moral nunca se lo permitirán. La desfachatez de seguir viviendo de las rentas pasadas es un deporte nacional difícil de rechazar y da una fuerza interior para arrojarla como arma destructora al menor atisbo de resistencia y si además se cuenta con un ejército de peones embrutecidos por el fanatismo del agradecimiento, la tarea es mucho más fácil para unos y más difícil para otros.

Desde este blog he tratado de dar una explicación de mi ausencia en los dos últimos eventos del primer equipo sevillista y, visto los resultados de asistencia del miércoles y del sábado, creo que no soy el único que así piensa, seguramente, nadie desde las esferas de poder o adyacentes serviles conocerán jamás de su existencia, la del blog me refiero, aunque frente al espejo su pensamiento no diferirá mucho del aquí expuesto y, aún así, de sus labios solo podrán escupir aquello de "¡¡desagradecidos!!".

Cuando ya no estén, yo soltaré aquello de ¡¡Gracias por nada!!, la ilusión la perdí yo solito... o no.