jueves, marzo 25, 2010

Consumatum est, a calvo ad calvum



Aún recuerdo la mirada alegre de un sevillista, esperando junto a miles, que su autobús le llevase hasta el aeropuerto de Eindhoven, después de conquistar el primer título que veían sus ojos. Aún recuerdo que al pasar a su lado, apresurado el paso para coger el mío con los míos, no me pude contener y dándole un pequeño cachete, aún hoy se estará acariciando la mejilla preguntándose quién era el tipo que le dio aquella “caricia”, le comenté “Ahora tú Manolo, ahora te toca a ti”, naturalmente aquél sevillista se llamaba, y se llama, Manolo Jiménez y días después se jugaba el ascenso con su Sevilla At., el tercero que disputó. Finalmente no pudo ser ese año.

Fue, como tantos otros, de acompañante de un grupo de aficionados, una especie de vigilante de autobús, como esas acompañantes en los viajes concertados con cartelito para que no se pierdan los excursionistas. Recuerdo que en el mío viajaba el entrenador por entonces del Sevilla Femenino, Sebastián Borrás. Fueron utilizados por el club, que en vez de permitirles viajar con la plantilla y la directiva, utilizó a sus profesionales como meras azafatas. Seguro que lo hicieron con agrado, ayudaban a su Sevilla F.C. que se ahorraba unos cuantos euros, aunque la procesión fuera por dentro, al menos así me consta en el corto trato con Sebastián y viendo aquella noche la felicidad en los ojos de Manolo, pienso que también él. Cuando se le necesitó, ahí estuvo, como cuando el desertor nos dejó tirado, con un equipo con los ánimos por el suelo y dio el paso; dije en su momento que el único que saldría perdiendo sería Manolo Jiménez con estas palabras “... el Sevilla ya estaba abocado al abismo y sacarlo de ahí era una empresa, cuando menos, arriesgada y nunca sería bastante con ese logro. Por otro lado, si conseguía los objetivos marcados por el club para esta temporada, habría cumplido con su obligación, sin más. ¿Qué ganaba con hacerse cargo en esta situación? Nada, simplemente cumplir un sueño y la oportunidad la tenía ante sus ojos. Imposible negarse...”

Aquel éxito del sevillismo, del primero al último (“a calvo ad calvum”) de nosostros, se los apropió, como los siguientes, José María del Nido como éxito personal del hombre más importante del mundo después del Papa, al ser el máximo responsable del Sevilla F.C., fotos y más fotos, entrevistas y más entrevistas rodeado de trofeos. Hoy era Manolo Jiménez el que necesitaba un gesto por parte de la Directiva, al menos un agradecimiento público, en la figura del máximo responsable de la entidad, José María del Nido, pero éste no ha estado a la altura, o mejor no ha bajado a la arena, se ha escondido, ha señalado sin vergüenza y con deslealtad a sus, hasta ayer, leales lacayos como culpables de la situación deportiva del Sevilla F.C. intentando desmarcarse de su responsabilidad, hoy ha sido un COBARDE, hoy ha sido un ingrato. Hoy ha pasado en la jerarquía sevillista “a calvo ad calvum”.