Un atardecer en el horizonte, el cuerpo descansando sobre el pretil de piedra ostionera del Baluarte de Bonete, defensa ante agresiones marítimas de cuando el comercio de Indias emigró de Sevilla a la Tacita, ahora mirador del mar abierto, donde acaba Cádiz.
"Baluarte de Bonete"
© 2007 - Universidad de Cádiz AUI - Aula Universitaria Iberoamericana
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Su historia comienza un poquito más a la izquierda, en La Caleta, ese puerto natural donde los Fenicios arrebataron a Hércules la leyenda de su fundación y le impusieron su nominación de bautismo, Gádir dicen que fue. En La Caleta, playa viñera y de "titis" se inició el comercio fluvial de la península, decía que puerto natural, defendida de los avatares marinos, tanto naturales como humanos, por una serie de rocas y espolones a diestra y siniestra.
"Playa de La Caleta"
©2010 Google - Imágenes ©2010 DigitalGlobe, Cnes/Spot Images, Instituto de Cartografía de Andalucía, GeoEye
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Cada roca y piedra tiene apellido propio y oculto, sólo los que desde pequeño mariscan en ellas saben el de cada una y llevan su saber con orgullo, un mucho de halo misterioso, ensoñando es fácil imaginar más de una historia de pícaro gaditano, de lamparones y jirones, guardando entre sus grutillas, al amparo de noches cerradas y mareas bajas, los tesoros escondidos en las escarcelas incautas presas de sus andanzas.
Las olas que bañan las rocas en sus idas y venidas, dejan asomarse los pequeños promontorios milenarios que surgen desde el fondo marino; desde mi atalaya, soslayando hacia la derecha, las más cercanas al Baluarte, aparecen las últimas de estas piedras, como garras que te quieren atrapar y llevarte hacia sus adentros, infierno dantiano, y que los pescadores centenarios bautizaron como las Puntas del Diablo.
Las olas que bañan las rocas en sus idas y venidas, dejan asomarse los pequeños promontorios milenarios que surgen desde el fondo marino; desde mi atalaya, soslayando hacia la derecha, las más cercanas al Baluarte, aparecen las últimas de estas piedras, como garras que te quieren atrapar y llevarte hacia sus adentros, infierno dantiano, y que los pescadores centenarios bautizaron como las Puntas del Diablo.
"Puntas del Diablo"
© Benito Ruiz Peinado publicada en www.castillosnet.org
© Benito Ruiz Peinado publicada en www.castillosnet.org
Allí mismo, quizás un día a la misma hora, entablaban una charla musical dos gaditanos, Chano Domínguez y José Vélez, para dar forma al tema instrumental que cerró el segundo álbum de CAI, "La Roca del Diablo", entre teclas y guitarras simulaban el ir y venir de agua contra roca, su fluir entre las grietas y el batir, con estruendo de batería y bajo, sobre ellas arrancando infinitésimas fracciones de piedra, al fondo, las campanas de la Catedral de Santa Cruz cerraban sus toques con el de Ánimas recordando a todos aquellos que viajaron al submundo, ocultándose al amparo de Luna Nueva, huyendo de la Luna Llena.
Escucha ahora el tema y dime si no te hace volar la imaginación, la mía aún deambula creando historias, quizás alguna sea cierta...
2 OPINIONES VARIADAS:
Alucinante. Me dejas sin palabras.
Gracias D.Manuel..gracias a Tus narraciones puedo "Viajar" mas sin salir de casa..me gusta la historia de la "Roca" y la Musica de Cai..Chapo tambien¡¡..saludos.¡¡
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