"Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla", frase que tiene multitud de padres y todos putativos por lo que gesta hijos en todos los desórdenes de la existencia, la música no iba a ser una excepción.
Escuchando este disco, que voy a intentar de desgranar, y su vinculación con el Rock Andaluz no pude por menos que acordarme de la historia, de los discos malditos y proscritos del género, en su momento fusilados y ninguneados nada más ver la luz y que ahora son objeto de coleccionismo y veneración como auténticas obras de arte. La historia nos habla de Veneno y su disco homónimo, de Camarón y su Leyenda del Tiempo, de Triana y El Patio o de Cai y Más Allá de sus Mentes Diminutas; auténticas revoluciones musicales que consiguieron desde lo diferente ser referentes.
Derby Motoreta´s Burrito Kachimba, en adelante DMBK, y su primer disco homónimo, acuden al universo sonoro del Rock Andaluz desde una perspectiva "kinki" de la psicodelia musical acicalada de condimentos flamencos que ellos denominan Kinkidelia, el Vaquilla en el recuerdo y la trasera de un SEAT 131 en la portada, toda una declaración de intenciones, que hará que no resulte indiferente, te abre una perspectiva nueva de evolución del Rock Andaluz o te hace ser un recalcitrante talibán del género.
Un género que se remonta al medio siglo de existencia desde sus primeras intenciones y que parece que queremos enterrar en sonidos que ya nos aportaron los finales de los setenta y primeros ochenta; la música, como todos los órdenes de la vida, evoluciona y esta es una evolución que por su calidad, sonoridad y entroncamiento de sus influencias, entra por derecho propio a revolucionar un género que me apasiona, abriendo una ventana con vistas diferentes pero igualmente hermosas y gratificantes.
Dandy Piraña (voz), Bacca (guitarra), Gringo (guitarra), Soni (bajo), Von Máscara (sintetizador y teclados) y El Papi a.k.a. “Pachuli” (batería), son sus componentes, sin nombres ni apellidos, así directamente desde sus apodos callejeros, tironeros de la apatía en la vida de donde toman la inspiración musical para sacarle jugo a la supervivencia.
"DMBK (El Salto del Gitano) videoclip 2018".
"KBMD" es una intro que te va marcando el terreno de lo que a continuación te va a embriagar enlazando directamente con "The New Gizz" sonidos psicodélicos de fuertes vibraciones para pasar a una suavidad envolvente ante una voz casi en off y con una potente escalada final de guitarras y teclados progresivos con una hipnótica batería; "Aliento de Dragón" nos embulle con un narcótico ritmo en un mundo de ensoñaciones sonoras y un caótico mecimiento emocional que te eleva el espíritu a planos superiores; sonido añejo y reverberante al comienzo de "Somnium Igni, Parte I", acústica guitarra y voz que nos trae recuerdos del Agobio sobre cinta de casete, lo de Parte I nos anuncia una Parte II para próximos trabajos, Rock Andaluz de solera moderna; buenas guitarras, distorsiones y teclados para "El Salto del Gitano" que junto a la voz no demuestran que el Rock Andaluz culebrea por numerosos meandros, el bajo resaltando junto a un buen acompañamiento de la batería; en "Grecas" siguen asomando matices enlazados con el Rock Andaluz, sobre todo en la guitarra y los teclados envolventes, un tema tranquilo para escuchar detenidamente, saboreando los aromas de los distintos instrumentos; la parte oriental, no tanto arábiga, nos la presentan en "Samrkanda" un tema largo, progresivo, con sorprendentes giros de esos que te embullen directamente en el preciosista abismo de la libertad, vuelo mágico de la voz sobre la alfombra de las guitarras y los teclados, la batería y el bajo se encargan de mecer el viento; "La Piedra de Sharon" cierra el disco, un tema de auténtico rock progresivo, heredero directo del Underground con un excelente trabajo de la batería que a mi forma de ver lleva el peso del tema.
Recordemos la historia para no repetir viejos errores. Paso a la Kinkidelia, una ventana en el futuro del Rock Andaluz.
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