Hubo un tiempo que Sevilla era la madre del geranio, Jesús de
la Rosa dixit, florecieron músicos de sus pétalos polifónicos que nos dejaron
la más amplia muestra de calidad sonora en el tránsito del rock psicodélico y progresivo
al rock andaluz. Después de cincuenta años Sevilla vuelve a ser madre, no sé si
del geranio o del clavel, pero nuevamente brota una generación de músicos que
evolucionan el rock andaluz a sonidos más actuales, arrastrando a jóvenes
seguidores a adentrarse en sus melodías.
El primero que nos dieron a conocer fue El Cachorro, donde tras una introducción de rasgueo de guitarra
flamenca entran las eléctricas en distorsión progresiva y ya muestra la batería
su contundencia para invitar a la voz de Jero a destapar su postura y su apuesta
por el flamenco urbano, ante este subidón sonoro un giro sobre redobles de
batería nos muestra unas guitarras más pausadas, casi sinfónicas, en riff
melódicos, para volver la voz a reunir a todos en la esencia del tema y al final
sobresale el bajo. Álgido y contundente final.
Hace unos días sacaron su segundo tema Arrierito, de ecos a bulerías eléctricas, guitarras distorsionadas
y una batería que marca el ritmo, tajante, con la flamenca que asoma imponiéndose,
arropando todos a la voz, dando paso a un pasaje más suave de platillos, bombo,
flamenca y voz, el bajo muestra pincelada de solo para ya no dejar de resaltar
el ritmo en todo el tema, son las eléctricas las que llevan el peso ahora, con
la batería siempre al acecho, giro a la psicodelia, solo de batería, eléctrica
sobre palmas, calma, guitarras eléctricas, bajo, batería, un in crescendo
vibrante para volver al estribillo... y cierre. Soberbio.
Si Bruto mató a César y de ahí la brutalidad, esta resonante
brutalidad de Sevilla Distorsión hace renacer al rock andaluz sin dejar muertos
por el camino, una apuesta valiente y de nuestros días, aire fresco a bocanadas,
si no lo crees... "Arrieritos semo
primo"
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